¿Qué es el BID? ¿Qué herramientas y métodos utilizan para traducir y editar? ¿Qué perfil de traductor buscan? En esta oportunidad, Baquero Translations tuvo el placer de entrevistar a Guillermina Schinder, quien es traductora y revisora senior del área de traducción del BID. Guillermina no solo responde a esas preguntas sino que nos cuenta acerca del mundo de la traducción en esta institución internacional, cómo se vive allí esta apasionante tarea y brinda un espectacular consejo para todo aquel que se encuentra en la industria de la traducción. Las opiniones e información brindadas por Guillermina son a título personal y no en representación del BID. Hola Guillermina, es un placer conocerte y poder hablar con vos Hola Andrea, el placer es mío. ¿Nos podrías contar un poco sobre la estructura, organización y tareas del departamento de traducción del BID? Primero que todo cabe aclarar que el BID es la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe. Brinda préstamos, donaciones y asistencia técnica en proyectos para mejorar la salud, la educación y la infraestructura. Con respecto a la estructura, la Sección de Traducciones y Documentación funciona en el ámbito de la Secretaría del Banco, que es el área que, entre otras cosas, presta servicios al Directorio. La Secretaría también tiene otras secciones como el área que presta servicios al Directorio (organización de las reuniones, redacción de actas, etc.), la Sección de Protocolo, la Sección de Conferencias, la Sección de Interpretación (que es distinta de la de Traducciones), la Sección de Acceso a Información y la Sección de Tecnología de la Información específicamente para la Secretaría. En el área de traducción somos unas 25 personas. Está compuesta por un front office, cuyo equipo trabaja en la recepción de solicitudes y asignación de trabajos. El equipo de traductores está conformado por 5 traductores al español y 5 al inglés, y algunos consultores. También hay una sección de control de calidad que se dedica al formateo y control de calidad de los documentos una vez que está lista la versión final. Además, la Sección incluye un área de documentos, que distribuye los documentos al Directorio, entre otras tareas. ¿Y qué tipos de documentos traducen?¿Tienen una temporada “alta” donde hay más pedidos de lo normal y con deadlines más ajustados? Por ejemplo, en Baquero Translations la temporada alta va de agosto a octubre aproximadamente. En primer lugar, la mayoría de los documentos que traducimos se distribuyen al Directorio para consideración y aprobación. Los tipos de documentos con los que trabajamos se dividen a grandes rasgos en los operativos y los no operativos. Los operativos se refieren a proyectos que el BID va a llevar a cabo en un país de la región, por ejemplo la construcción de una carretera en Perú o un parque de energía eólica en Argentina. Por otro lado, están los documentos no operativos, que son informes financieros, iniciativas institucionales y evaluaciones de proyectos, entre otros. Es decir, no están relacionados con un proyecto u operación propiamente dicho. En cuanto a los plazos de entrega, tenemos plazos muy ajustados. Y sí hay dos períodos en que aumenta el volumen de trabajo significativamente:
  • Uno es antes y durante la reunión anual: entre febrero y marzo/abril. Esto incluye documentos varios que se van a tratar durante la reunión anual de las Asambleas de Gobernadores, presentaciones, declaraciones, etc.
  • El otro período es entre fines de septiembre y mediados diciembre, cuando se acumulan las aprobaciones de operaciones hacia el final del año.
Claro, y ahí es donde empieza la fiesta jaja... Ahora, ¿quiénes pueden ser invitados? Es decir, ¿tienen un perfil específico que busquen a la hora de seleccionar recursos para el BID? ¿Necesitan que sean especialistas en algún campo y/o que manejen alguna herramienta en particular? En cuanto a los colaboradores externos, no se busca especialistas en un tema en particular. Claro que hay traductores que se sienten más cómodos con ciertos temas que con otros, pero la idea es que puedan hacer cualquier documento que se les asigna. No es un requisito que utilicen una herramienta en particular. Es más, tengo entendido que algunos de ellos no usan ninguna herramienta de traducción asistida. En la Sección, hace muchos años que se usa Déjà Vu. La mayoría de los documentos no se traducen internamente, pero sí se revisan. ¿Entonces para revisar utilizan Déjà Vu? No, para revisar usamos Word (o el programa de MSOffice en el que esté el documento original). El traductor manda su traducción, se formatea y luego se revisa. Generalmente sucede que llegan cambios antes de revisar o durante la revisión. En ese caso, se decide cómo proceder en función de los cambios. En general, el revisor se encarga de introducir los cambios. ¿Y vos te sentís cómoda editando con Word o extrañas una CAT tool? La verdad es que nunca usé una CAT tool para revisar. Según mi método de trabajo, el problema que veo para revisar en el entorno de Déjà Vu es la falta el contexto, es decir, al tener el texto segmentado se puede perder el hilo o la redacción puede quedar un poco “segmentada”. En cambio, cuando se puede revisar el documento íntegro se puede hilar mejor. Por sugerencia de una colega, hace poco comencé a utilizar una herramienta que me ha ayudado mucho. La función de Read Aloud en Word me “lee” el documento original mientras yo voy revisando la traducción en la pantalla o en papel. Incluso te permite ajustar la velocidad de lectura y hasta elegir la voz del “lector”. Definitivamente creo que hay que estar abiertos a usar herramientas que nos ayuden a agilizar el trabajo. Con respecto a la etapa de QA, ¿usan algún programa para el QA? Para salvar esas cosas que se pueden escapar al ojo humano como inconsistencias en el español, en números, entre otros. El método puede variar según el traductor, pero en general para revisar, tenemos los documentos en paralelo en Word (o el programa de MS Office que corresponda) y leemos el documento íntegramente. En nuestro caso, llegado el momento de la revisión, el documento ya no está en un entorno de herramienta de traducción asistida. En general, para ese momento han llegado una o varias rondas de cambios que debemos introducir en los archivos ya formateados. ¿Tienen memorias de traducción? Sí, tenemos una TM grande que tiene de todo, es decir, material desde que se comenzó a utilizar la herramienta en la Sección. Hace unos años, empezamos a hacer un esfuerzo por depurarla. La idea es sistematizar la alimentación de la TM con alineaciones de versiones finales de los documentos. ¿Tienen un departamento informático o de ingeniería que les ayuda? El Banco tiene un departamento de Tecnología de la Información que atiende todos los problemas informáticos de los usuarios en general, por ejemplo, si le pasó algo a tu compu, si necesitás ayuda para instalar un programa, o con tu conexión. En cuanto al servicio de apoyo específico para la herramienta de traducción que tenemos hay un servicio de asistencia con Atril, que es la empresa que desarrolló Déjà Vu. Para solucionar problemas básicos de Déjà Vu, una de mis colegas y yo estamos encargadas de ayudar a nuestros colegas a solucionar los temas que surgen, pero a un nivel básico, es decir, todo apoyo que podemos ofrecer según nuestra propia experiencia como usuarias. Si hay problemas más serios que no podemos atender a nuestro nivel básico de traductoras nos contactamos directamente con el servicio de asistencia de Déjà Vu. ¡Qué bueno! Tienen un apoyo informático en todos los frentes, el sueño de todos. Hablando de máquinas, como sabemos, desde hace un par de años que la traducción automática se incorporó como una herramienta de trabajo en nuestra industria, ¿también se incorporó en el BID? No utilizamos traducción automática, por ahora. Creo que la industria de la traducción va encaminada a incorporar herramientas que nos ayuden cada vez más. Con respecto a las herramientas de traducción automática que hay disponibles de momento, veo que el gran problema para instituciones como el BID es la confidencialidad, ya que una vez que se introduce texto en esas herramientas queda disponible para cualquier otro usuario. Personalmente, no creo que se incorpore a corto plazo, entre otras razones, por este tema de la confidencialidad. Continuando con la línea de la actualidad, ¿cómo se vio afectado y reflejado en su trabajo por las diferentes situaciones económicas, políticas y sociales que han vivido los países Latinoamericanos en los últimos años? Mucho. El Banco trabaja con la región en el día a día. El ejemplo más actual es el coronavirus. Es un fenómeno candente, que ha irrumpido en la vida de todos. A este respecto, por ejemplo, cuando empezó a salir en las noticias, entre los traductores intercambiamos información y acordamos una recomendación de uso para estar listos para los documentos que llegarían sobre este tema. Otro ejemplo de hace ya varios años es el terremoto en Haití en 2010. En ese momento yo trabajaba en la antigua CII (actualmente BID Invest, una de las instituciones miembros del Grupo BID, que se dedica al sector privado). El informe anual ya estaba casi listo para publicar, pero a último momento se agregó toda una sección nueva porque se lanzó una iniciativa para ayudar específicamente a Haití a solventar la crisis que provocó el terremoto. Fue todo sobre la marcha y con mucha adrenalina, ya que es una publicación que salía en cuatro idiomas. Tenemos que estar al tanto del día a día porque lo que sucede en región puede afectar las operaciones, iniciativas u otros documentos de la institución. Claro, deben estar preparado para todo. Y cuando hacen estas traducciones, ¿a qué variante del español traducen? Nosotros procuramos traducir a un español neutro. En nuestro equipo somos cinco traductores y un consultor, y casi todos de diferentes países. Nuestras traducciones se leen en el Directorio, que está compuesto por miembros que representan a todos los países latinoamericanos; por lo tanto, hay muchas variedades. Nuestro objetivo es que cuando estén deliberando sobre un proyecto no se detengan porque no entienden una palabra. La idea es usar la terminología más neutra posible. Por otro lado, si hay un proyecto que está hablando, por ejemplo, de la guayaba, o algún producto específico de un país, se tiende a utilizar el término de uso generalizado en ese país. Claro, respetar los términos con grandes cargas culturales. Volviendo a la hora de seleccionar recursos, ¿qué consejo le darías a alguien que esté interesado en ingresar al BID? Creo que lo más importante, y esto es en general para todos los traductores que quieran entrar en cualquier institución: es fundamental aprender e interiorizarse mucho sobre la institución. El rol, los proyectos. Hay tanta información disponible online que no es excusa no tener un conocimiento básico. Por supuesto, en nuestro caso, tener conocimientos sobre el ámbito de las finanzas es muy útil para traducir documentos del Banco, pero también es útil tener conocimientos amplios del ámbito técnico y diferentes sectores de la economía, entre otros. Si bien no soy muy adepta a dar “consejos” propiamente dichos, yo diría que muchas veces los traductores (al español, al menos) tendemos a enfocarnos en el inglés y, en realidad, lo más importante es no desconectarse del español, del idioma materno. Seguir conectados con nuestra lengua materna y trabajar en nuestro estilo de escritura, más allá de la terminología específica. La buena redacción también es un aspecto fundamental. ¡Excelente consejo, Guille! ¿Algo más que te gustaría agregar? Una reflexión final es que, en mi experiencia, creo que lo mejor que me ha pasado en mi carrera ha sido trabajar con profesionales muy capaces y que valoran mucho el trabajo en equipo. Nunca deja de sorprenderme cuando pregunto un término a mis colegas y, después de haberlo masticado, charlado y dado vuelta entre varios, el producto final es infinitamente mejor de lo que habría hecho sola. Por los plazos ajustados, no siempre tenemos el lujo de extendernos en consultas filosóficas, pero siempre es interesante participar en estos intercambios. Para mi es muy valioso trabajar con personas solidarias y generosas. Por otra parte, quizás esto sea característico de mi generación, que hemos empezado con libros y diccionarios en papel y ahora estamos con computadoras y muy conectados, pero creo que a veces se tiene la idea de que la traducción es una profesión muy solitaria. Y eso quizás pudo ser cierto en el pasado, que no estábamos muy conectados. Pero ahora, con las herramientas que contamos, no hay razón para encerrarse y tratar de solucionar todo solo. Ya sea en el entorno de una oficina o el living del traductor independiente, más que ver a los colegas como competencia, hay que verlos como colaboradores a quienes podemos recurrir para consultar terminología y otros temas relacionados con nuestro trabajo. Esto, en mi caso al menos, me ha ayudado mucho a desarrollarme y crecer profesionalmente. Espectacular, coincido totalmente. Quizás más allá de las generaciones, las situaciones y modalidades de examen de la carrera pueden hacer pensar que en la vida laboral hay que manejarse de la misma forma: individual. Cuando en realidad la clave es la colaboración. Muchísimas gracias por brindarnos tu tiempo y charlar con nosotros. Entrevista por Andrea Chetti